Martes
Día 9 de Julio Kilómetros
recorridos: 3295
Una
mañana gris… pero una buena noticia
Amanece
a orillas del Danubio un día gris, la noche ha sido fría y húmeda, por suerte tenemos
la primera alegría del día ya que después de forzar
y girar en frío el amortiguador de la moto de Antonio, finalmente se ha
podido re colocar a su sitio original, ahora nuestros ánimos han cambiado y
salimos bastante ilusionados del aquel tugurio de camping.
Recogiendo el campamento
Ultima vista al Danubio
Belgrado,
un buen desayuno y empieza la ruta a Bosnia
Hambrientos
después de un duro día sin comer, buscamos en Belgrado un lugar donde
desayunar, el instinto nos lleva a una pequeña granja donde dos encantadoras
señoras sirven pasta de hojaldre rellena de queso y carne caliente, las piezas
son enormes y las van cortando según se piden, nuestros trozos se salen del
plato, y para beber, dos enormes yogures, nos sentamos en una pequeña mesa de
mármol mientras nos miran, es entonces cuando llaman y nos presentan a su hijo Lazslo,
el habla inglés perfectamente, mira con curiosidad nuestras motos cargadas en
la puerta y se interesa por nuestro viaje, ya tenemos otro seguidor, le regalamos
un adhesivo y partimos… toca visitar la ciudad.
No era fácil darse cuenta que ahí había una granja
Lazslo, buena gente... disfrutó de nuestra aventura
Pasada la frontera, ahora Bosnia!
Bosnia
Herzegovina, una carretera cortada nos
descubre un país de ensueño
Nuestro
objetivo es llegar a Sarajevo, para ello debemos salir de Serbia cruzando la
frontera de Croacia para luego entrar en la de Bosnia, hace mucho calor, el
paisaje es precioso, lo que nos sorprende es ver por todos los sitios donde
pasamos, casas destrozadas que muestran el oscuro color de haber sido
incendiadas durante la guerra, iniciada
en 1992 y que duró hasta 1995.
Un
letrero indica que la carretera que va a Sarajevo se encuentra cortada por
obras, el desvío nos conduce a una pequeña y divertida comarcal, es entonces
cuando un error del GPS, nos lleva a un aislado rincón donde aparecen cuatro
hombres asombrados de vernos aparecer por allí, estaban muy contentos y nos
querían explicar muchas cosas, en estos momentos te das cuenta que no siempre
el lenguaje es una barrera, con saludos y abrazos nos despedimos sabiendo el
camino correcto.
En
un rincón insólito de la bosnia profunda, nos reciben como seres de otro
planeta
Por la pequeña y estrecha comarcal disfrutamos
de un paisaje increíble, casitas llenas de flores rodeadas de verdes montañas,
detrás de una loma sobresale la torre de una iglesia ortodoxa, paramos para
verla de cerca y al momento nos recibe un hombre encantador acompañado de un
chico, tienen una pequeña barraca de madera vieja donde hay algo de bebida y algún
comestible, al rato aparece otro joven, “Den” con su vieja moto, una “Tomos”, TOvarna MOtornih
koles Sezana (Fábrica de Motos Sezana), al momento el grupo nos rodea
y nos observa como si hubiésemos aterrizado de una nave espacial, miran con
todo detalle nuestras maquinas mientras comentan todo lo que ven, nosotros
explicamos buenamente aquello que quieren saber, otra vez se respira buena
sintonía, compramos agua, una pieza de longaniza y después de regalarles algunas pegatinas, nos despedimos de aquella noble, humilde y encantadora gente, lo mas impresionante es que cuando arrancamos las motos, "Den", con las manos nos hizo gestos que indicaban que no corriéramos...
Junto a la preciosa iglesia, se erige un
panteón que recuerda a los fallecidos del lugar durante el triste conflicto que
acabó con 100.000 personas, eran todos muy jóvenes…
Preciosa iglesia ortodoxa
Haciendo amigos... con ellos es muy facil!
Uno de los muchos momentos de reflexión...
Mucho rato estudiando nuestras máquinas
"Den", ya tiene su pegatina, fijaos en el alambre que sujeta el tapón de gasolina, sin puños y sin frenos...
Los chicos nos acercaron este escarabajo, en una muestra de gratitud.
Sarajevo un oasis en la ciudad y una autopista… otra
vez gratis
Llegando
a la capital Bosnia aparece de nuevo la lluvia, toca refugiarse en una
gasolinera donde aprovechamos para hincar el diente al delicioso embutido que
compramos y también a unos dulces adquiridos en un mercadillo de Belgrado. Al
aproximarnos a Sarajevo, entramos en una nueva y moderna autopista, son unos 50
kilómetros de asfalto nuevo…, ya era hora!, nos acercamos al peaje y allí no
hay nadie, las barreras abiertas y un letrero que no entendemos, somos varios los
vehículos que estamos esperando, al momento aparece un empleado y nos dice que
pasemos, hoy no se paga!, debido quizás por encontrarse en fase de construcción,
el caso es que… otra autopista gratis!
El
largo viaje ha vuelto a dejarnos muy tarde en la capital donde solo nos queda
el recurso de buscar alojamiento, casualmente encontramos un pequeño hotel, es
nuevo y solo lleva abierto seis meses, todavía huele a pintura, por 13 euros
tenemos una increíble habitación con desayuno incluido, y el trato del
encargado del establecimiento era de lujo, un bosnio medio italiano muy amable
que nos facilitó mucho nuestra estancia en Sarajevo.
Desvio a Sarajevo
Y llegó la lluvia... día de perros
El también tenía derecho
Esperando la calma...