martes, 23 de julio de 2013

Domingo Día 7 de Julio


Domingo Día 7 de Julio                     Kilómetros recorridos: 2240

Viajando de Turquía a la desconocida Bulgaria… empiezan los problemas

Amanece un día más en Estambul, toca levantarse pronto, y nos esperan muchos kilómetros, subimos a las máquinas y empezamos ruta, y otra vez… casi doscientos kilómetros de fuerte viento que por suerte iba amainando a medida que nos acercábamos a Bulgaria, paramos en un bar de carretera turco donde tomamos un buen té y algunos dulces, es en ese momento que le comento a Antonio que noto que la Sym no va muy bien, culea un bastante y me da cierta sensación de inseguridad.

 Nos acercamos a la frontera, estamos en Bulgaria, aqui la diferencia es notable, menos trámites y mucha amabilidad, ahora el escenario ha cambiado, nos encontramos en un país que da cierta sensación de abandono, las casas parecen abandonadas y todo es viejo y oxidado y las cigüeñas anidan en las farolas, por cierto la autopista es gratuita y os podéis imaginar porqué, los preciosos paisajes e interminables campos de girasoles nos distraen durante el trayecto, ahora toca comer, pero que moneda tiene Bulgaria?, el cajero más próximo está a 300 kilómetros!

Frente a la frontera Turco - Búlgara

Nidos de cigueñas

Camino a Sofía

Campos de girasoles, esta foto se la prometí a mi amigo Fede, otro gran motero.


Una vieja carretera y un delicioso restaurante Búlgaro…bajo la lluvia

La ruta nos va llevando hacia una curiosa carretera donde el centro está ligeramente más elevado que el resto, la sensación es que te vas yendo hacia el arcén, buscamos un lugar para comer, pero aceptarán euros?, aquí la moneda es El lev (en búlgaro лев), encontramos un restaurante de carretera, muy acogedor, la carta estaba en búlgaro e inglés, facilitó las cosas y el dueño excelente persona nos aconsejó muy bien, ensaladilla rusa?, nooooo!, nada de rusos aquí!, así que comimos carne a la brasa y rellenos salseados de col con carne y arroz con muchas especias y la típica ensalada de tomate pepino y queso, acompañado de buena cerveza y té, todo excelente y muy barato… aceptó euros gracias a Dios.

Empieza a llover fuerte, aunque gracias a nuestro amigo que quiso que pongamos las motos dentro de la terraza frente a las mesas, pudimos proteger del agua la electrónica que llevábamos a bordo.

Que delicioso estaba todo!

Las motos protegidas de la fuerte lluvia... se quedarán a comer?


Problemas con la rueda y un camino para olvidar

Ha parado de llover y seguimos ruta, es ahora cuando la rueda trasera de la SYM daba más problemas, la falta de aire era preocupante, aparcamos en una gasolinera vieja y oxidada, como abandonada aunque realmente no lo estaba, sacamos el compresor y llenamos la rueda, ahora aparece la fatiga que ha sufrido el pinchazo que reparamos en Barcelona, bendito compresor!
El GPS nos indica un desvío de diez kilómetros para llegar a Sofía, el terreno es digno de una trail, los socavones son casi imposibles de esquivar, y el camino se hace más y más impracticable, para colmo, la lluvia empeoró notablemente el terreno engañando con el agua la profundidad de los baches. Esta situación fue la causa de que las dos motos salieran muy tocadas, la rueda de la SYM y la suspensión de la Burgman pronto nos pasarán factura…

A mal tiempo buena cara

Y me reía cuando Antonio dijo de llevarse el compresor...


Observese el estado de esta gasolinera... ni aire!

Este fatídico camino fue el origen de futuros problemas




Sofía la gran capital búlgara y un hotel de película de espías

Llegamos a Sofía con las ultimas luces, no sabíamos dónde dormir, la acampada no era viable ni tampoco los casi inexistentes campings de aquella zona, decidimos buscar hotel y entre viejos tranvías y calles empedradas vamos preguntando a cada hotel si hay habitación disponible, fueron tres sin conseguirlo, en mi opinión creo que no les gustaba nuestro aspecto, finalmente encontramos uno que si accedió a alojarnos eso sí, regateando!, faltaba más!, acabábamos de venir de Turquía.

Curioso hotel, tipo antigua URSS, techos altos, vetustos y espartanos, paredes vestidas con telas y divisiones de madera como de antiguas cabinas de teléfonos, como una película de James Bond, la habitación es inmensa tipo suite, con una vista a las calles del centro de Sofía llenas de cables por los que pasa el tranvía… veremos la ciudad mañana?

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