Viernes
Día 5 de Julio Kilómetros
recorridos: 1765
De
Kavala a la lejana y exótica Turquía… el maldito viento!
Amanece
en el puerto, y en la terraza de una clásica cafetería griega, desayunamos, poco después llenamos los
depósitos de combustible y compramos mas aceite para la Burgman.
Cabe
decir que las autopistas griegas carecen de estaciones de servicio, no hay
absolutamente ningún punto donde parar, aunque lo mejor… los peajes a 1,70 euros lo que atravesarlas
resulta bastante económico.
Dirección
a Turquía el fuerte viento empieza a soplar de tal manera que tenemos que
llevar las motos estilo velero, totalmente escoradas para que no se tumben,
pasamos momentos muy duros, cabe añadir el mal estado del “asfalto”.
La
tediosa frontera Turca y una autopista de pesadilla.
Llegando
a la frontera turca los controles se suceden, una y otra vez piden el
pasaporte, me doy cuenta que la ficha técnica de la moto la llevo debajo del
asiento por lo que tenemos que desmontarlo todo para sacarlo, la gente nos mira
con curiosidad… -Barcelona?, -Yes yes!!,
Barca!, Messi!! Very good!!!, una de las cosas que más nos ha sorprendido
es como el fútbol lima todo tipo de asperezas y acerca de alguna manera
culturas tan distintas, mientras, un grupo de soldados nos avisan que no podemos
hacer fotos... creo que luego pararemos, no nos vamos a ir sin llevarnos ese recuerdo!
Ya
hemos cruzado la frontera!, ahora avanzamos por la supuesta autopista… es increíble!,
encontramos cruces sin semáforos llenos de gravilla, coches, personas y algún perro
suelto cruzando, no hay arcén en muchos tramos y todos circulan a peligrosa
velocidad!, aquí nadie respeta!, el viento ya empieza a ser un auténtico
problema!
La flecha señala claramente a los victoriosos viajeros
Camino
a Estambul… peaje?, se repite la historia!
Pasando penurias y sorteando todo tipo de obstáculos, nos sobrepasan coches que casi nos tiran
a la cuneta, incluso un viejo camión rojo de morro largo, intentó en más de una
ocasión pegarse peligrosamente, al peor estilo de la película “El Diablo Sobre
Ruedas”.
Nos acercamos a la gran ciudad de Estambul y
para hacerse una idea de sus dimensiones de punta a punta mide 95 kilómetros o
lo que sería más o menos la distancia de Barcelona a Gerona!!.. Nos acercamos al peaje…pero donde se paga?, aqui no hay ranuras de ningún tipo, parece ser que hay que sacar la
tarjeta KGS, y naturalmente carecemos de ella… bueno ya sabemos lo que toca otra
vez!, no hay barreras, una dos y tres!, suenan las alarmas, luces rojas se encienden y a pesar
de que hay tres coches de policía delante, ninguno se mueve!, miramos por el
espejo y nada, que curioso!
La policía turca... donde?
Un
pueblo cercano, higadillos y un paseo por la playa
Poco
antes de entrar en la gran ciudad optamos por salir a comer en lo que podría
ser un pueblo a las afueras, paramos en un pequeño local donde al sentamos y sin mediar palabra no sirven un platillo de pequeños dados de hígado
totalmente rebozados de especias, el dueño del pequeño quiosco ordena a un niño que vigile las motos, sus atenciones son francamente abrumadoras, seguidamente y
al ver que nos ha gustado tanto, nos trae esta vez dos
inacabables platos llenos de la misma carne, pedimos café y vuelve a dirigirse
al niño que sin saber de dónde, trae varios sobres de café soluble de distintos
sabores… a cual más malo y grumoso!.
A
pocos metros... una playa, enorme e inhóspita paralela a un pequeño camino lleno de socavones, donde paramos para contemplar una excelente vista del mar.
Entrada
a la enorme metrópoli, y la gasolina a precio de oro!
Los rascacielos de la ciudad recortan el horizonte, empieza el caos!, la
separación de los carriles en vez de una banda pintada en el suelo, es un montículo
en relieve que hace muy difícil poder pasar entre los coches… que por cierto no
aprecian en nada a las motos, intentan cerrarte en cuanto te ven, otra
curiosidad es que el asfalto es brillante y casi sin rugosidad, todo un
peligro, pisamos un pequeño charco y casi nos vamos al suelo, como debe ser un
día de lluvia!, ponemos gasolina y sorpresa!, cuesta el doble que en España!!,
otra vez la ley de Murphy…
Estambul,
agradable hotel con vistas y cena a orillas del Bósforo.
Frente al hotel... ya teníamos vigilancia!
Objetivo conseguido!
Estambul de noche, espectacular!
Cena a orillas del Bósforo
Mira a la cámara Antonio... pero deja de comer!
Enhorabuena, preciosas fotos.
ResponderEliminarQue envidiaaaa!!!!!