viernes, 19 de julio de 2013

Viernes Día 5 de Julio


Viernes Día 5 de Julio                        Kilómetros recorridos: 1765

De Kavala a la lejana y exótica Turquía… el maldito viento!

Amanece en el puerto, y en la terraza de una clásica cafetería griega, desayunamos, poco después llenamos los depósitos de combustible y compramos mas aceite para la Burgman.

Cabe decir que las autopistas griegas carecen de estaciones de servicio, no hay absolutamente ningún punto donde parar, aunque  lo mejor… los peajes a 1,70 euros lo que atravesarlas resulta bastante económico.

Dirección a Turquía el fuerte viento empieza a soplar de tal manera que tenemos que llevar las motos estilo velero, totalmente escoradas para que no se tumben, pasamos momentos muy duros, cabe añadir el mal estado del “asfalto”.

La tediosa frontera Turca y una autopista de pesadilla.

Llegando a la frontera turca los controles se suceden, una y otra vez piden el pasaporte, me doy cuenta que la ficha técnica de la moto la llevo debajo del asiento por lo que tenemos que desmontarlo todo para sacarlo, la gente nos mira con curiosidad… -Barcelona?, -Yes yes!!, Barca!, Messi!! Very good!!!, una de las cosas que más nos ha sorprendido es como el fútbol lima todo tipo de asperezas y acerca de alguna manera culturas tan distintas, mientras, un grupo de soldados nos avisan que no podemos hacer fotos... creo que luego pararemos,  no nos vamos a ir sin llevarnos ese recuerdo!

Ya hemos cruzado la frontera!, ahora avanzamos por la supuesta autopista… es increíble!, encontramos cruces sin semáforos llenos de gravilla, coches, personas y algún perro suelto cruzando, no hay arcén en muchos tramos y todos circulan a peligrosa velocidad!, aquí nadie respeta!, el viento ya empieza a ser un auténtico problema!

La flecha señala claramente a los victoriosos viajeros



Camino a Estambul… peaje?, se repite la historia!

Pasando penurias y sorteando todo tipo de obstáculos, nos sobrepasan coches que casi nos tiran a la cuneta, incluso un viejo camión rojo de morro largo, intentó en más de una ocasión pegarse peligrosamente, al peor estilo de la película “El Diablo Sobre Ruedas”.

 Nos acercamos a la gran ciudad de Estambul y para hacerse una idea de sus dimensiones de punta a punta mide 95 kilómetros o lo que sería más o menos la distancia de Barcelona a Gerona!!.. Nos acercamos al peaje…pero donde se paga?, aqui no hay ranuras de ningún tipo, parece ser que hay que sacar la tarjeta KGS, y naturalmente carecemos de ella… bueno ya sabemos lo que toca otra vez!, no hay barreras, una dos y tres!, suenan las alarmas, luces rojas se encienden y a pesar de que hay tres coches de policía delante, ninguno se mueve!, miramos por el espejo y nada, que curioso!

La policía turca... donde?


Un pueblo cercano, higadillos y un paseo por la playa

Poco antes de entrar en la gran ciudad optamos por salir a comer en lo que podría ser un pueblo a las afueras, paramos en un pequeño local donde al sentamos y sin mediar palabra no sirven un platillo de pequeños dados de hígado totalmente rebozados de especias, el dueño del pequeño quiosco ordena a un niño que vigile las motos, sus atenciones son francamente abrumadoras, seguidamente y al ver que nos ha gustado tanto, nos trae esta vez dos inacabables platos llenos de la misma carne, pedimos café y vuelve a dirigirse al niño que sin saber de dónde, trae varios sobres de café soluble de distintos sabores… a cual más malo y grumoso!.

A pocos metros... una playa, enorme e inhóspita paralela a un pequeño camino lleno de socavones, donde paramos para contemplar una excelente vista del mar.





Entrada a la enorme metrópoli, y la gasolina a precio de oro!

Los rascacielos de la ciudad recortan el horizonte, empieza el caos!, la separación de los carriles en vez de una banda pintada en el suelo, es un montículo en relieve que hace muy difícil poder pasar entre los coches… que por cierto no aprecian en nada a las motos,  intentan cerrarte en cuanto te ven, otra curiosidad es que el asfalto es brillante y casi sin rugosidad, todo un peligro, pisamos un pequeño charco y casi nos vamos al suelo, como debe ser un día de lluvia!, ponemos gasolina y sorpresa!, cuesta el doble que en España!!, otra vez la ley de Murphy…

Estambul, agradable hotel con vistas y cena a orillas del Bósforo.

Estambul, nos alojamos en un pequeño hotel, por cierto muy limpio y bastante económico, en un enclave muy cercano al centro y al ladito del puerto y de una preciosa mezquita, descargamos el equipaje y cogemos las motos, es hora de ver la ciudad de noche, hay mucha vida en las calles y se respira un ambiente muy tranquilo, la zona del puerto está llena de vida y siempre huele a comida, aprovechamos para cenar en uno de los restaurantes que hay bajo el puente frente al Bósforo, con una inmejorable vista cenamos... y con un orgullo mal disimulado brindamos por haber conseguido el objetivo!.


Frente al hotel... ya teníamos vigilancia!




Objetivo conseguido!

Estambul de noche, espectacular!

Cena a orillas del Bósforo

Mira a la cámara Antonio... pero deja de comer!

1 comentario: